Yo llegaba última. Cuando supe que para ella yo era casi más importante que ella misma empecé a llegar más temprano. Para ese entonces yo ya tenía casi veinte años y me estaba dando cuenta rápidamente de todo eso y de que el tiempo también estaba finito…La mesa grande del comedor, a veces más de 7 mujeres, tazas, platos, cucharitas, la tetera, saquitos de té estrujados manchando el mantel, y fuentecitas con variedades por doquier: cada una traía algo entre dulce y salado, el tema de conversación generalmente rondaba en esas recetas propiamente de lo que cada una había llevado […]