Algunas «vicisitudes de la vida» una frase muy de mi madre, es por lo que empezamos a ir a tomar el té (ella con leche) yo: lágrima doble. Podría decirse que no eran muy amables esas vicisitudes, pero con el tiempo y a fuerza de cosas ricas, ese momento juntas fué y es, en definitiva, la mejor medicina, todo lo demás tratamos de que quede afuera, por el rato que nos duren las tazas☕

Este ritual que ya lleva más de diez años, quedó suspendido con el inicio del confinamiento, de puertas afuera, porque si nos vieran como fuimos tratando de continuarlo puertas adentro, sabrían ver de donde heredé el histrionismo conocido por ustedes en los videos y mis relatos🥄

Pero sobre todo y en las circunstancias que seguimos viviendo de cuarentena, desidealizamos por un momento el día de la madre y aprovechamos el motivo que sí convoca a muchos que lo eligen para que hagan como supimos hacer nosotras «desde que nos traen las tazas hasta que pagamos, juramos hablar de trivialidades y la que no lo puede cumplir, pués entonces paga la cuenta»

Les doy la respuesta: siempre gana ella, no porque yo me deje ganar, es que por algo ella tiene más años que yo…y para algo también, ella sabe que siempre se vuelve a la realidad, por eso siempre elige ganar ese tiempo afuera, con la ilusión, quizá de que yo también todos los días gane, aunque sea: minutos irreales🥠

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