La parábola de la torta de bodas – just married!

(Basado en hechos reales.  Para mantener la reserva de los casos aquí citados nos hemos reservado la privacidad de las personas.  Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)

Mi amiga S y yo, hemos forjado en parte nuestra amistad haciendo tortas, nos conocimos en una cocina y con “conocimos” quiero decir que nuestro carácter, forma de ser, personalidad, defectos y virtudes nos las/ los dimos a conocer con nuestra manera y forma de cocinar, de tomarnos nuestro trabajo y entre tantas horas compartidas, compartimos nuestras familias, amigos/as y nuestras historias personales…

Tortas de cumpleaños, bautismos, egresados, comuniones, festejos varios y festejos porque sí…pero, sobre todo para lo que son tortas de  bodas nos precisábamos una a la otra casi que sí o sí siempre porque suelen ser tortas muy grandes por sobre los demás festejos, con decorados quizá más complejos, teniendo en cuenta que las últimas décadas se dejó de usar la típica parejita de novios que la apoyabas y listo… y con distancias extremas, muchos casamientos en estancias lejos de todo y todos…entonces  los traslados se nos interponían sobre las cajas para poder llevarlas.

Y nosotras solteras.  La pasábamos bomba, el detrás de escenas de los casamientos de las personas que no son cercanas a uno, son un tremendo golazo, ves todo lo que de cerca en tu familia no ves…(las tías y primas criticonas, las suegras que se miran y se dicen de todo sin hablar, las novias que aunque ellas llegan tarde sabemos perfectamente que el que llegó tarde fue el novio…en fin…los “cálculos y recalculos” del casarse en tiempos donde no abunda el compromiso, el valor y esencia profunda que se abandonan mientras se prepara el casamiento y ya nadie recuerda que el fuerte latido del corazón fue lo que nos llevó a esta “tan almodovariana situación”

Y estábamos, allí…a veces sólo con la torta de bodas y otras veces con la mesa dulce también.  Entonces nos quedábamos hasta que se servía la primera porción y sabíamos que todo lo que con tanta responsabilidad habíamos hecho había llegado perfecto.

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alguna de nuestras mesas dulce allá lejos y hace más de 10 años

Sí, también era linda la parte que nos íbamos de madrugada y sabíamos en qué bar parar…para nosotras también era sábado a la noche.

La parábola de la torta de bodas surge de  algún momento donde  nuestra gente cercana comenzó a casarse.  Amigas, primas, hermanas, hermanas de amigas…entonces fuimos elegidas para hacer esas tortas, nuestra trayectoria profesional nos avalaba y nuestra relación personal hacía que en esa torta estuviera el amor por esa pareja que habíamos visto nacer y que no veíamos todo el detrás de escena de su llegada a la fiesta…pero, en el camino nos lo íbamos enterando…»de lejos todos somos normales»

Mi amiga S, me ayudó en varias (sino digo, casi todas…) siempre aviso que para la decoración no soy buena…ella tiene mano más delicada, lo mío es el grueso: cocinar.

Y yo la ayudé a ella, pero pocas veces…va, ya ni recuerdo.  O sí.  Mi amiga S hizo pocas tortas de bodas, hizo 3 y después no hizo más.  Recuerdo que eran grandes ideas, le fascinaba el molde hexagonal (jodidisímo para forrar con la pasta de almendra…) rellenos complejos: un corte con frutillas con crema y otro con dulce de leche y Mantecol (siempre le costó el asunto de entender el maridaje: golosa!)

Y casi al mismo tiempo dejó de ayudarme cuando eran tortas de bodas para amigas mías.  Se excusaba.  Me avisaba a último momento de su ausencia, yo la maldecía pero ya estaba metida en el baile y la terminaba como podía…pero las últimas casi ni le decía que me ayude, entonces trataba de hacer cosas que no tuvieran tanto detalle dado que sin ella yo no lograría la refinada terminación.

torta de bodas Y & M (casi 11 años de esposos a la fecha)
torta de bodas
Y & M
(casi 11 años de esposos a la fecha)
torta de boda A & G (10 años de esposos a la fecha)
torta de boda
A & G
(10 años de esposos a la fecha)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

torta de bodas J & A (8 años de esposos a la fecha)
torta de bodas
J & A
(8 años de esposos a la fecha)

Mi amiga S cargaba con un peso pesado de tortas, llevaba un promedio, porcentaje y medición de estadísticas de que la mayoría (no diríamos todas) de las  tortas de bodas salidas de sus manos eran de parejas que se habían separado / divorciado a no más de un año y poco más…

Justificaba la casualidad con el molde hexágono y cambiaba de molde.  Cambiaba de pisos por si había algún número de mala suerte, sin llegar a hacer tortas de 13 o 17 pisos…pero no había caso, al poco tiempo del casamiento, por parientes, amigos, conocidos y vecinos se enteraba de la separación y posterior divorcio…

Por todos los medios traté de sacarle el embrujo con el que cargaba, alguna vez le pedí ayuda para una torta de festejo de divorcio (allí por los primeros años del 2000, Susana Giménez no era la única que festejaba haberse sacado a Huberto de encima) y no hubo caso…seguía mitificando los divorcios de primas y amigas y hermanas de amigas y amigas de hermanas que comiendo su torta de boda, arañaban las bodas de: cero.

torta dedivorcio (una excelente caja, donde adentro estaba la torta) sorpresa!
torta dedivorcio
(una excelente caja, donde adentro estaba la torta) sorpresa!

Yo, por las mías seguí haciendo alguna que otra más, aunque cada vez menos, la gente no se casa…y lo digo por experiencia propia 😉

Pero revalidé mi título con algunas cercanas que llevan más de 10 años…

Igual, por aviso previo, mi amiga S, en un acto de solemne conjuro, una madrugada lejana de esas que vamos con la bici de bar en bar en un esfuerzo inconmensurable por sentirnos de 20 cuando estamos más que promediando los 30, me hizo jurar y perjurar que como ella no iba a hacerme la torta de bodas a mí en caso de que me case (o case a alguno…) yo no sé la tendría que hacer a ella ( y tampoco comprarla!)

Después de 10 años de novia, mi amiga S junto a su novio F decidieron dar el sí y yo decidí comprar una alucinante torta en la panadería más tradicional de Vicente López (cuak!)  Ella detuvo mi marcha:- Barbi, te dije que ni siquiera la compres, te lo dije hace muchos años, parece que no lo recordas…-

La torta de bodas la compró una de sus  cuñadas a una conocida bien lejana de la cual no conocemos rostro, nombre ni paradero… (La parábola de la torta de bodas indica que cuanta más lejanía en el afecto por la pareja más años duraría la misma)

Y eso que la tradición indica que la torta (el piso de arriba de todo, como se usaba antes con más frecuencia, últimamente ya no tanto…la galesa) se guardaba en una lata y se comía un año después.  Ahora bien, las de mi amiga S no importaban si eran la tradicional galesa, si duraba un año, que fuera de lo que fuese pero que durara lo que duraba el matrimonio.

El casamiento de mi amiga S  con su Sr. F fué una espectacular fiesta en un campo de día domingo al medio-día.

creo que por cumplir con el paradigma de la parábola de la torta de bodas, fué la primera vez en años que voy a una fiesta de casamiento donde no hice ni una porción de torta
creo que por cumplir con el paradigma de la parábola de la torta de bodas, fué la primera vez en años que voy a una fiesta de casamiento donde no hice ni una porción de torta

Todos preguntaban por qué yo no hacía la torta.  A algunos les pude  decir la verdad de la historia, a otros, no hacía falta: eran los protagonistas con los que se justifica la parábola!!!

Hasta la próxima los saluda BárbaraTotal!

viva los novios!
viva los novios!

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