No necesita presentación. Y haría el viaje hasta cansarme de Napoli, pero sé que eso no va a ser en esta vida…estoy convencida de que del sur de Italia no se cansa nadie (por eso yo, vine dos veces, por ahora…y como dije antes “en esta vida no me voy a cansar de venir”)
Que la milanesa a la napolitana tiene su origen en el restaurante que está enfrente del Luna Park (CABA) y que fue la solución a una milanesa que se le quemó a un cocinero y poniéndole mozzarella, salsa de tomate y jamón la bautizó a la napolita no es novedad…
Que Maradona es palabra de honor tampoco:
Tomé un taxi, por cuestiones de tiempo no llegaba a la iglesia de San Genaro (patrono de Napoli) y cierra de 13:30hs a 16:30hs (ver con toda la obligación de esta autora…que aunque esta no sea una publicación de cine, le recomiendo ver la película: Operación San Genaro) ya en el taxi mientras conversaba con el chofer…me pregunta de dónde soy, le respondo: MA RA DO NA
Obviamente frenó se bajó del auto y paró a tres personas que pasaban caminando, y los puso de testigo: no me iba a cobrar el viaje.
Napoli es toda esa expresión del exceso, de lo atrevido, de lo festivo pero también del sacrificio, del ponerle a la vida la otra mejilla cuando te dan la espalda…qué espiritu tienen los napolitanos! ( y eso que como buena conocedora del fútbol ni lo nombré a Higuaín!)
Pero sí claro, la novedad, la legitimidad que viví en Napoli es que la pizza napolitana no existe!!! Es la Margarita!!!
Me pasé 15’ mirando la carta, pensando que yo no entendía lo que leía, hasta que pregunté si no hacían pizza a la napolitana (estando en Napoli me sentía muy boluda, preguntando eso…) me aclaró que de Napoli para afuera se le dice napolitana…pero que de Napoli para adentro es la Margarita.
A los 11 días del mes de Julio desde Napoli y desde este lado del verano…Los Saluda BárbaraTotal “ahora en Italia”)
PD: en Napoli no soy solo una pizza bonita
Napoli vive de frente al mar, se abraza al mar y eso lo hace tan soñada…
Por eso es mi comida más soñada es elegir estas ensaladas de mar para estos medio-días de verano en los que el sol me da por cualquier calle, entrando y saliendo… huyendo de la estación…no quiero tomar el tren, tengo que volver a Roma…