San Juan: tu ruta es mi ruta…

Llevo algunos días andando  San Juan.  Entro y salgo de la capital por rutas que me llevan a caminos de tranquilidad, de gente trabajadora y con historias…eso es lo que más me gusta: por eso no me canso de hacerlo…

La altura me afecta un poco, sin embargo son tantas las ganas que tengo de conocer que entablo las conversaciones empezando por preguntar si estamos en una zona alta y si el camino que va a tomar el colectivo irá más arriba aún y así llegan las leyendas, las comidas típicas y más cuentos de San Juan.

CASA VINÍCOLA EL MILAGRO

Estoy en Albardón (10 kilómetros al norte de la capital sanjuanina) llego a conocer el vino artesanal que hace Juan Diapolo aproximadamente hace veinte años.

La campana de la entrada invita a anunciarse, la hago sonar y me reciben unos cuantos perros, que aunque al principio los veo venir correr desde los viñedos, lo que sería algo pintoresco, deja de serlo cuando todos me huelen haciendo reconocimiento del visitante…minutos después viene Ramón (encargado de la casa) y ahora sí los perros vuelven a hacer de las suyas entre las uvas y yo también.

Cabernet Sauvignon, Malbec y Sirah están plantadas en estas tres hectáreas de la casa.  Cosechan a mano desde febrero hasta fines de abril, dependiendo el clima, que rige todo…

Los rosales en los extremos de cada viñedo son lindos, embellecen el paisaje y Ramón confirma lo que ya se sabe, casi exclusivamente están para avisar de las plagas, el pulgón, las enfermedades que pueden atacar la uva.

Estoy andando el viñedo de El Milagro en estos días de mayo donde ya pasó la vendimia y se trabaja en criar el vino, sin apuro y a su tiempo (al tiempo del vino) esperan la primera helada de Julio para podar las vides, abonar las tierras, prepararlas para la próxima flor y posterior fruto.  Es un ciclo que en esta casa se respeta, se acompaña y se vive así.

Terminando el recorrido entre las viñas, la bodega y la cava Don Juan, pasamos por los depósitos donde fabrican fiambres, en este momento cuelgan del techo los jamones de tipo serrano español.  También respetando sus ciclos: hay cuatros diferentes espacios, divididos por temperaturas “verano” “invierno” “primavera” y “otoño”

Llevo mi botella de Cabernet Sauvignon vino artesanal tinto con la firma de Diapolo.  Que agradece las bondades de este suelo sanjuanino y también lo hace grande.

Casa Vinícola El Milagro

Sarmiento 350 oeste, Albardón, San Juan

 

DIFUNTA CORREA

En un negocio de artículos regionales pregunto por la estampita de la Difunta Correa.  Me dicen que no hay estampita, no es una santa, ni beata, ni lo será…

Estoy en el colectivo yendo a Vallecito, a 64 kilómetros de San Juan.  Al costado de la ruta, en paralelo hay una senda, igual a la ruta: me avisan que es tanta la gente que va a caballo y caminando, cumpliendo promesas, o en fechas importantes como Semana Santa, día de la madre, Cabalgata de la Fé a la Difunta Correa y Día de los difuntos, que se vio necesario hacer el camino alternativo.

Llego al paraje, nos bajamos los que venimos por ella.  A cumplir promesas, a agradecer a dejarnos querer y querer la leyenda. 

El santuario está ubicado sobre el cerro donde fueron encontrados Deolinda y su hijo (entre las sierras del Pié de Palo y los Médanos Grandes).  Arriba dos grutas guardan esculturas de ella y la roca donde los promesantes encienden las velas.  Pero todo a mí alrededor es de ella, a más de 100 metros para cada lado veo más y más ofrendas, se me acaba la vista para ver tantas demostraciones de fé.

Deolinda Correa vivió en San Juan en la primera mitad del siglo XIX.  Poco después de ser madre, su marido fue reclutado a la fuerza, en lo que eran las luchas entre unitarios y federales.  Ella salió detrás de él con su hijo en dirección a La Rioja.  Caminó por los valles y médanos, con el calor y el sol, con el viento Zonda y el desamparo.  Murió de sed, pero su hijo sobrevivió amamantándose de su pecho.  Arrieros que pasaban por el lugar y la encontraron la enterraron en el lugar.

En este valle que trae miles de personas con la fé en esta leyenda.  Una mujer y madre valiente que desafió el desierto para reunir a su familia.

Con el paso del tiempo, la tumba de Deolinda en el desierto sanjuanino se fue convirtiendo en un paraje que hoy recibe a millones de promesantes que le traen agua, encienden una vela, le piden un milagro y otros tantos que vuelven para agradecerle.

Subo al santuario caminando y sacando fotos.  A mi lado un hombre sube de rodillas y otras señoras me dan al pasar fotocopias con la oración a la Difunta Correa, cada uno hizo le hizo una promesa a Deolinda, cada uno la está cumpliendo.

Me estoy acostumbrando a San Juan y sus caminos, el desierto y el andar entre valles, la altura sobre el nivel del mar me está costando, no se escuchan ni los pajaritos.   A veces el silencio de la naturaleza es una bendición para escucharse adentro.

Somos siete esperando el micro para volver a San Juan Capital.  Somos quizá las únicas siete personas en esta noche cerrada, en el paraje de la Difunta Correa, un matrimonio que me da conversación me cuenta que hace ocho años  vienen a agradecerle…estoy tan conmovida que me parece una falta de respeto preguntarles el motivo.  Quién dijo que las historias paganas no tienen la misma fé.  A nadie le importa si hay estampita, si será santa o beata.  No hay registros de la época si Deolinda fue bautizada o si se casó por iglesia, entonces eso ya limita su reconocimiento de la iglesia católica.

 A nadie le importa agregarle títulos.  Porque la leyenda no lo necesita.  Son varios los milagros concretos y así será… 

www.difuntacorrea.com.ar

 

BODEGA MERCED DEL ESTERO

El camino me aleja de la ruta.  Si de por sí estoy en una zona tranquila alejada de la capital sanjuanina, me adentro en zona de quintas, veo plantaciones, vegetación, sí esto es el valle fértil…estoy entrando a la bodega y todo es viñedo: esta vez los perros están atados.

Desde 1897 estas catorce hectáreas cultivadas  por la familia que va cambiando pero mantiene la esencia, hacen uno de los mejores vinos sanjuaninos y no lo digo por los premios que se ganaron, sino porque hay mucho esfuerzo y esmero por hacerlo bien y se nota.  Bodega boutique y familiar que no se cansan de repetir.  Estamos andando camino en el extremo oeste del Valle de Tulum, estoy en Rivadavia.

Tienen plantaciones de torrontés (elaboran seco y dulce natural) y malbec, sirah, cabernet sauvignon, cabernet franc y bonarda.

Su vino insignia es el MILVIENTOS y yo tengo el privilegio de degustarlo (malbec 2017 MILVIENTOS joven) en la cava, desde donde se ven las cavas de acero inoxidable con sus chaquetas de enfriamiento.  Todo es demasiado perfecto y a la vez enorme, pero conserva esa cosa familiar que hace que sus vinos sean premio para el alma.

Entiendo que la palabra boutique es una moda, pero esta bodega tiene algo de buen gusto, con querer hacer el mejor vino…y aunque yo no sea una experta, puedo decir que mi andar de paladar se siente más que agradecido con semejante vino.

Bodega Merced Del Estero

Morón 432 Sur, Rivadavia, San Juan

 

#YoSoyBárbaraTotal

sigo camino…

BárbaraTotal La Ruta de San Juan es posible gracias a PICADA MUNDIAL

  

 

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