De un tiempo a esta parte, me importa de sobremanera, el SENTIDO de LA palabra.
Los otros días escuché cuando un alguien le dijo a un otro “Sos un perejil” y entonces me dí cuenta que lo que era un agravio, una forma peyorativa y hasta una ejemplificación (a esa persona) para denostarla, el que se suponía que se tenía que sentir mal…resultó ser la confirmación de que excepto en algunas ocasiones, el sentido, se lo damos según nuestra forma de adjetivar. Y prosiguió – “Y te dije perejil para no ser aún más descalificativo”-
Volví silbando bajito, porque para mí, el perejil es el rey de la huerta: crece sin tantas pretensiones, ofrece aroma, se suma a tu empanado de lo que desees sin tanta vuelta y yo, soy tan fanática del perejil y sus virtudes que lo incorporo a la ensalada como si fuera una verdura: sí, claro, hago ensalada de tomate y perejil, con huevo, cebolla de verdeo, pero no como si fuera una hierba que suma, sino como parte de la ensalada, en una ensalada…yo la pienso con perejil, no como condimento, no como “algo más” sino como “es de (completar según lo que tengas) y perejil”
Para unos tanto y para otros tan poco. A veces estos pensamientos de las cosas más diarias se dan, justamente cuando alguien reivindica un pormenor y…para mí, todo, o casi todo, puede ser motivo de neurosis, justamente porque es un por mayor…
Bárbara
También en mi versión de berenjena alla milanesa, no dudo en poner perejil fresco en el pan rallado, aporta mucho aroma y las hago como snacks (sin pelar, las paso por la mandolina, y les pongo queso rallado con perejil, un hilo de aceite de oliva y al horno, se forma una croût hermosa y rica, las uso para sumar a ensaladas, o para comer con un dip de queso crema, o porque sí)
Levanten la mano los/las/les #perejillovers cuenten en qué recetas los usan y cómo lo usan