Día del TIRAMISÚ

La historia dirá que el TIRAMISÚ tiene reminiscencia afrodisiaca…y entonces la creencia se justifica con que este postre se hizo conocido en los burdeles venecianos, donde los cocineros preparaban un dulce con café, queso y yemas que sí o sí te levantaban el espíritu en compañía (no llevaba crema, por eso no era tan pesado) y las mujeres lo ofrecían a los hombres diciéndoles que TE TIRA SÚ (te tira para arriba)

Como todas las recetas, no hay una única, la base de yemas con azúcar y queso se mantiene, pero para algunos es queso mascarpone y para otros queso fresco tipo cremoso en finas capas alternadas con quienes humedecen las vainillas o savoiardi (tal como se llaman en italiano) en café y otros eligen licor de café.  Y quienes hasta lo hacen en forma de torta agregándole un invisible hilo de gelatina sin sabor para así poder cortar porciones…porque ni con todo el frío del mundo, la preparación podría quedarse firme e inamovible (en casi todos los lugares donde lo probé en Italia, de norte a sur, de este a oeste, me lo sirvieron en porciones…todas las veces era una copa o compotera, estilo: postre a cucharear)

Se lo considera un postre moderno y no algo de la antigüedad y se fue popularizando a toda Italia y al mundo haciéndolo uno de los postres insignia de su cultura gastronómica. 

La expresión se fue modificando a TIRA MI SÚ (tírame arriba) y seguro en cada lugar del planeta haya una versión inmigrante con lo que llegó y se adaptó a la nueva tierra.

Bárbara

Ingredientes y Preparación:

4 huevos – 400Grs. Queso Mascarpone (sino encuentra, va bien el queso crema) – 300Grs. Vainillas (si consigue como yo las savoiardi, mejor) – 100Grs. Azúcar – 150Grs. De crema de leche – café y cacao amargo (en polvo)

Humedecí las vainillas con café y las dispuse en un recipiente de vidrio (en general lo hago en unos vasos grandes de whisky)

Aparte hice almíbar a 121° (sino tenés termómetro, te das cuenta de esa temperatura, porque ves las burbujas muy formadas y encadenadas al mover la olla)

El almíbar lo vertí despacio sobre las yemas batiendo sin parar (con batidora es mejor) luego agregué el queso mezclando, para evitar grumos y apelmazamiento.  Llevé al frío.  Mientras tantos batí las claras a nieves y la crema a ¾ de punto.  (por separado)

A la preparación de las yemas con el almíbar y el queso mascarpone, le agregué con espátula sin batir, la crema y por último las claras y luego en las copas, unas horas después, espolvorear cacao amargo por encima.

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