Santo Amaro & Oeiras

Alerta Spoiler: si vas a tomar el tren entre Lisboa y Cascais sabé que entre el vagón y el andén hay 10 cm.  Lo tenés que saber vos y tu valija.  Los pasajeros frecuentes ya lo saben por eso te ayudan cuando ven tu cara de espanto ese segundo antes en el que medís que no te separa solo un paso en este viaje, desde la ciudad a las freguesia de playa.

Entonces un viaje.

Entonces este viaje.

Entonces otro viaje.

Llegué a Santo Amaro, una estación de tren lo suficientemente alta como para ver desde allí el mar… o el río, o el océano…es que en cuestiones geográficas y de traducción del portugués al inglés “desembocadura del río Tajo al océano atlántico” es muchísimo más complejo de lo que el diccionario dice.

Entonces entre Santo Amaro y Oeiras la distancia era cosa de una estación siguiente a la otra…y como esas cosas de otro país de Europa, nunca hay una calle paralela a la otra y perpendicular así poder seguir un mapa…cuestiones de Google maps…siga el punteo celeste y avance al destino.

Pasé los cuatro días que duró el evento que incluía la feria y la ceremonia entre estos caminos.

Por su diseño y mis horarios por cumplir, pude conocer los jardines del palacio del Marqués de Pombal, algo del centro histórico de Oeiras y el corredor marítimo en Santo Amaro.  Fue mi casa esos días donde todo era nuevo, el lugar y lo que estaba viviendo.

Y después, seguí viaje…

Bárbara

 ¿Sabés qué es una freguesia? Es que en vez de decir pueblo, ciudad o caserío a cada momento se me aparecía esta denominación para decirme donde estaba. 

La historia dirá que en Portugal a las subdivisiones de los municipios o antiguamente llamados concelhos, se les decía “freguesia” porque estaban formados por feligreses, civiles que pertenecían a las parroquias católicas que a su vez oficiaban de centro de cada lugar (en portugués “fregueses” quiere decir parroquianos)

Santo Amaro era la estación del tren, la freguesia y el camino hacia abajo que llevaba directo a la avenida que bordea la playa…mejor así porque con la valija se agradece aún más.

Será que en esos días había muchísima vida de playa que cuando yo me iba al Centro de Congresos en Estoril  los veía al sol entre las rocas y la arena y cuando volvía por la noche (aunque recién oscurecía a las 21hs) ya no veía a nadie que caminaba en una pacífica soledad por todos los jardines que supieron ser del Marqués de Pombal