Volví a Bs As cargada de VINO (me traje varias botellas, sacacorchos, libros, copas y otros adminículos, como por ejemplo bolsitas plásticas con gel que enfriadas mantienen el vino en la temperatura correcta)
El vino no era solamente lo que dice la LEY.
Para la legislación Argentina el «vino genuino» se denomina al producto obtenido por la fermentación alcohólica de la uva fresca y madura, sin adición de ninguna sustancia no permitida por el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura).
Ningún otro líquido cualquiera sea su origen o composición, puede designarse con el nombre de vino precedido o seguido de cualquier adjetivo excepto los especificados bajo la Ley 14878.
Durante la semana que me llevó recorrer la ruta del vino en Mendoza, aprendí (y definitivamente te lo firmo) que el vino es cultura, historia, trabajo, naturaleza, estudio, sensación, análisis y unas tantas cosas más…así como los últimos años abundan las palabras para describir el vino que se sorbe en esas degustaciones llenas de descripciones…el viaje adentro de cada bodega, adentro de cada plantación, adentro de las cavas donde duermen las barricas, fue adentro en sí mismo.
Aprendí muchísimo! Como bien se dice “hay que empaparse” y adentro de todos estos lugares todos tan diferentes aunque hagan vino, se puede comprender que si cada uno era distinto aunque se hicieron de la misma forma con la misma uva, no podían ser iguales jamás…la planta no da lo mismo en tierra alta que baja, no da lo mismo en zonas que hubo helada que no…y así con toda la sensibilidad de cada paso que se da para hacer algo, que aunque el hombre crea que diseña, la naturaleza, la uva, la madera, la tierra, la temperatura, el sol y la luna se ocupan del vino y entonces todos los que trabajan alrededor, se tienen que entregar sí o sí.
Mi ruta del vino empezó bastante tiempo antes que el día que me subí al avión que iba a Mendoza.
Fui alumna de Raymundo Ferraris (sommelier) pocas clases bastaron para que intercambiemos sugerencias de lecturas. Él me recomendó un libro, que me costó muchísimo conseguir, pero que cuando lo tuve, fueron algunos viajes en subte los que me transportaban a Mendoza, pero allá lejos, lejísimo y hace tiempo, la última hoja la leí emocionada y supe que era el puntapié inicial para hacer la ruta del vino…
Valentín, el inmigrante (de Alcides Bianchi, 1987)
Es la historia de Don Valentín Bianchi contada por su nieto. Detrás de esa botella tan emblemática en la mesa, un vino sin pretensiones, amable que fácil se comparte, hay un camino recorrido desde Italia a Mendoza, un hombre que transitó los grandes cambios del siglo XX (del carro tirado a caballo hasta los camiones que llevaban las barricas hasta el tren) La historia es tan sencilla como emocionante…no sabe de suspenso, es la vivencia más pura y genuina de todo lo que nos pasa con un vaso de vino. Y con el trascender en la vida con esfuerzo, perseverancia y dedicación. Dejando historia viva y orgullo a los que vienen.
Durante mi etapa de alumna y por recomendación de Raymundo compré varios, bastantes libros. Mi cabeza relacionaba historia, geografía y buen gusto. Las clases eran prácticas y ampliaban el paladar. Siempre decía él “no hay vinos caros, hay vinos muy buenos baratos y vinos malos caros”
Recuerdo a Raymundo con respeto. Cuando ya no fui más su alumna, pude hacer el viaje y compartir todo aquello, que parecía pequeño en medio de tantas plantaciones, había que vivirlo para poder contarlo…
El Día Mundial del Malbec se celebra el 17 de abril para conmemorar la fecha en que quien fuera presidente argentino Domingo F. Sarmiento hizo explícita su misión de transformar la industria del vino del país. Ese día, en 1853, le encomendó a Michel A. Pouget (francés) experto en suelos, la tarea de traer nuevos varietales. La cepa Malbec fue una de las que trajo. Experimentó la adaptación de los varietales franceses a los terroirs diversos de Argentina. Una década después, Francia atravesó una profunda crisis: una plaga de Filoxera que afectó toda la región del Ródano.
Mientras tanto, el Malbec floreció en la Argentina creando vinos altamente superiores a aquellos de su país de origen.
Durante los años siguientes, específicamente durante la década de los 90, Argentina posicionó al Malbec como su varietal estrella.
Hay más historias y bastantes profundas para aplaudir en el libro de Felipe Pigna “Al gran pueblo argentino, salúd” Editorial Planeta (2014) excepcional y completo.
Las mías como escriba es darte un momento de calidez, de acercarte a mi mesa, a mi copa y que tu momento de lectura sea un viaje, inspire un momento o te invite a salir de tu cotidianidad…esta vez podrás cerrar mis palabras, se merecen un momento de brindis, si hay algo porque brindar, no importa si es insignificante, que nunca te falten los motivos…
Seguí haciendo tu historia con hechos cotidianos, que atrás de cada repetición, instante memorable y ausente de vértigo, hay momento para complacerse. Encontrarse en que un libro, un vino o una planta te acerquen y te alejen de algo o alguien…
Volvería a hacer la ruta del vino tantas veces más como quiera volver a caminar por esos caminos, oler a tierra y levantar la mirada para ver la montaña…
Llevo exageradamente la voz del altruismo gastronómico desde mis escritos.
Hasta la próxima!
Los saluda BárbaraTotal
PD: buscá en esta web, en mi Instagram @barbaratotal, en mi Twitter @BárbaraTotal y mi en Fan Page de Facebook: BárbaraTotal todas y cada una de las bodegas que recorrí de Mi ruta del Vino (de cada una hice una nota, fijate para conocer más)