Volver a Sorrento para apagar tanto ardor

Incomibles.  ¿Sabes cómo es eso? Que no alcanzaba el pan ni el vino para tapar el fuego. 

Sólo pensaba cuánto tiempo más para servir el postre, que por suerte lo había traído Susy y es de lo que sólo quedó foto, recuerdo y alegría.

ensalada de frutas (casera) con crema y un alfajorcito…(idea fácil y rica!) by Susy

En qué momento, yo una tana de herencia lombarda creí que podía hacer bien fideos, pasta seca con salsa.

 Yo que soy experta en risotto (más complejo que el risotto, que te quede bien sin que parezca arroz para perros) y en polenta de  una hora,  porque la de un minuto la hace cualquiera, cualquier chico de colegio que está aprendiendo la hora, le viene bárbaro contar los 60’’

¿Cuándo fue que soñé que podía hacer una buena pasta?

 Fue mientras caminaba las callecitas de Sorrento, compraba aceites, condimentos y demás…ya pensaba para mi vuelta la cena italiana que iba a preparar, como todos los inviernos que alterno risotto y polenta con sus variantes.

Así que fue una pesadilla tremenda la noche de invierno argentino a mi vuelta, juntando a toda la tanada que tanto me esperaba…

Mi estadía en el país de la nonna y nonno fue lo suficientemente duradera como para que tenga que comprar otra valija de 30 kilos y así poder volver como una persona organizada…pagando exceso de equipaje por venir con dos valijas de 30 kilos cada una,  más lo que hice pasar como equipaje de mano…

Es que no se sabe a ciencia cierta cuándo se va a volver a vivir un sueño así…

Parte del exceso de equipaje fueron libros, sandalias, ropa…y comida…

Un elixir más que preciado en mis sueños era traer aceite de oliva, ahora despierta, puedo contarle a todos los lectores…que es parte de una pesadilla…

Para una de esas últimas noches de invierno de las más frías, sentados a mi mesa expectantes de mis historias (aquellas personales que tiene esta autora y que no están ligadas a la gastronomía) había conseguido una pasta seca muy especial a la que iba a acompañar con unos sobres envasados al vacío que también compré en Sorrento  de verduras deshidratadas (ajo, tomate, perejil, hongos, zanahoria, albahaca, y peperoncino picante)  que al momento de servir debía hidratar con la misma agua de la cocción de la pasta…y aceite de oliva extra virgen con peperoncino que también vino en la afamada valija N°2

La GRAN Susy (y su metro y medio de altura) me decía en la cocina mientras me ayudaba: -me parece que tiene que ser un poco menos, la salsa y el aceite-

A lo que yo le contestaba: -Susy son 13 platos, tengo que poner mucho para que se sienta-

Y sí que se sintió.  Porque no existe palabra en el diccionario que describa la invasión del ardor que toda la conjunción sorrentina traía consigo…

Definitivamente nunca me había sentido una tana tan bruta al momento de cocinar, me había desmoralizado, no merecedora de tanta herencia culinaria ¡¡¡Pero cómo carajo me podía estar saliendo tan mal!!! Tirar a la basura generaciones de cocineras en mi familia, mia mamma, la nonna y así para todo el árbol genealógico que desde Casorate Sempione había cocinado…

No hubo ni repetición, ni quiero más…silencio y un sin cesar de abrir botellas de vino, porque para los ardores del paladar no hay mejor que el vino y miga de pan…de hambre íbamos a morir esa noche porque los fideos estaban incomibles y otra cosa no había, por el horario ya tampoco podía pedir pizza por teléfono, pero no iba a ser  la primer causa, porque antes íbamos a estar borrachos de tanto vino tinto apurando el trago para apagar el incendio…

Por quejas respecto del menú estuve pensando en volver a Sorrento…

https://www.youtube.com/watch?v=77z_J0JL6ps

Comimos el postre, no sé cuantas botellas de limoncello (para apagar el ardor) y otro tanto más de Amarula que aunque no tenga nada que ver con nuestra tanada, nada mejor que un licor con hielo para apagar tanto fuego…y así pasar por  extremos climáticos en una sola noche.

#YoSoyBárbaraTotal

 

Unos días después y como un gesto de educación, uno de los comensales que había asistido a la famosa por incomible y surrealista por semejante bochorno cena, me hizo saber que la comida había estado rica y que se había quedado con hambre…

Si no hubiera sido por ese llamado, que me levantó el ánimo no me hubiera animado nunca a escribir esta nota.

Y es que uno se debe a su público…y es que hay público para todos los gustos…

 

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