ETIQUETA PROPIA

Conocí a Nuncio Testani quien desde que tiene memoria hace su propio vino en su casa. 

Es que a esta noble bebida hay que darle tiempo, dedicación, saber verla, esperarla y después agradecerle con el brindis.

Nuncio compra uva “Pedro Giménez” (es una uva criolla que se adaptó bien al suelo sudamericano, se cree que viene de la Pedro Ximenez,  uva blanca de varias regiones españolas principal DO Montilla-Moriles de la Prov. de Córdoba – España) entre 200 y 300 kilos para empezar a trabajar, parece mucho pero es lo mínimo para una producción casera que empieza exprimiendo y fermentando (que es lo más habitual que hace dado que la mayoría de sus vinos son blancos) o fermenta con la cáscara, sin separar el hollejo (muy pocas veces cuando quiere hacer  vino tinto)  En barricas de plástico hace la fermentación de entre 7 y 10 días (prefiere que sea lenta y larga)

“Enfriarlo es fácil; calentarlo es difícil” dice Nuncio en su relato desde su casa de Florida, Vicente López Prov. de Bs As.

Usaba   mostímetro para medir la reducción, hoy día usa su propio ojo y decide  si hará o no el primer filtrado, que en el caso de que así sea lo hace en damajuanas de 25 litros, que tapa y deja “dormir” en su “bodega”  (un pequeño galpón en el fondo de su casa cubierto de vegetación que hará de aislante en verano y en invierno haciendo un lugar fresco y apropiado para que el vino se haga…)

Entre 30 y 60 días  Nuncio deja al vino tranquilo, destapa y prueba  cada botellón y en el caso de que haya decantado lo que él cree está bien vuelve o no a trasvasar, las veces necesarias hasta que quede limpio (solo por el efecto del trasvaso hasta llegar a obtener el vino que a él le gusta y ahí sí, ya va en botellas de mesa que siempre en el lugar adecuado para los vinos esperará su turno de ser gozado)

Casi  como al pasar me comenta algo de la luna…pero para mí se vuelve dato importante…algo que para él es natural y que está desdibujado en el tiempo actual: regirse por las lunas…que la naturaleza avise y acompañe.  Nuncio hace los trasvasos, las filtraciones, los pasos que considera mejor para sus vinos cuando hay luna menguante y  mientras “se hacen” mientras “los espera” (los momentos en los que el vino tiene actividad propia; la fermentación)  trata de coincidir con luna creciente (en sus palabras: mientras está la luna creciente ni molestarlo al vino)

“Cuando era chico, viví en Frosinone ( Lazio, Italia) mis padres, mis tíos, los vecinos, todos hacían cada uno su vino  y a los chicos como si fuera un juego, en época de poda, nos mandaban a Frascati ciudad cercana,  a buscar los cortes de las ramas de las viñas vecinas,  eso se plantaba cada uno en su casa para hacer su propias plantaciones de uva”

 

Desde esta publicación y cada vez que una comida, una cocina, un vino, una fiesta, un ingrediente me llevan a una historia que hay por detrás, pero que sin embargo es lo que está adelante y  es verdadero  protagonista es cuando vuelvo a repetir sin cansarme “lo que se hereda, se honra haciéndolo legado”

Gracias Nuncio! Por continuar el legado, por también honrar el vino argentino y porque sin tanta vuelta lo seguís haciendo.

 

Hasta la próxima! Los Saluda: #YoSoyBárbaraTotal

 

 

 

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