Belém

Ya era verano.  Definitivamente se habían terminado muchas cosas.  No solo el invierno.  Y empezaban otras.  Ese domingo, el libro no era nominado, ya era premiado.  Y lo que tantas veces había fantaseado, ya no estaba ni en los sueños.  Había llegado con la valija repleta y  ahora cargaba con anexos colgando de mis brazos, cargaba más. Literal y poéticamente me iba de Oeiras colmada.

Esta vez no había apuros, ni horarios, ni tiempos que cumplir.  Me tomé todo el tiempo del mundo, de mi mundo, para recorrer por última vez el fuerte marítimo de Santo Amaro, el que ya sabía, la historia me lo había dicho, muchos miraban el horizonte desde ahí, buscando gloria y yo estaba en esa tierra y el libro había conseguido su gloria.

Entonces el tren y volver a la gran ciudad.  Atrás quedaban las playas y ese halo de celebridad que las ceremonias y premios me vistieron aquellos días.  A medida que me alejaba en espacio, también en tiempo y en piel, dejé vestidos de fiesta y maquillaje por las zapatillas y entonces en el anonimato de quien combina líneas de subte aparecí en Lisboa y en un papelito estaban anotados los lugares que quería conocer, probar y vivir…

El viaje después del viaje, volvía a tener otro capítulo más…y van…

Caminé y pasó lo mejor que pasa cuando viajás: perderte a conciencia.  Decidir salirse del camino por algo que se ve a lo lejos y no estaba en ese papelito que tenía los “SÍ O SÍ” para visitar antes de volver.  Entonces solo así, desconociendo y creyendo conocer es que uno juega con sus propias palabras y vuelve al camino.

Bárbara

BELÉM es una zona dentro de Lisboa a orillas del río Tajo, incluirla dentro de los paseos para hacer por la tarde en verano es un gran plan (teniendo en cuenta que oscurece cerca de las 9pm). 

Construido en 1960 para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante, tiene 52 metros de altura y celebra los marineros, patrones reales y todos aquellos hombres y mujeres que participaron en el desarrollo de la Era de los Descubrimientos. Representa una idealización romántica de la exploración portuguesa. El monumento tiene forma de carabela con el escudo de Portugal y en dos filas intenta representar a los héroes ligados a ese tiempo y ese espíritu (33 personalidades entre cartógrafos, reyes, escritores, pintores, poetas, cosmógrafos, matemáticos, navegantes, cronistas y más)

Visité la Torre de Belem (que estaba en mantenimiento, por eso mis fotos son casi como no haberla visto), el Monumento a los descubridores y terminé dándome el gustazo de cualquier crítico gastronómico, ir a la cuna, a los orígenes de del pastel de nata en Pastéis de Belem.

(También está el monasterio de los Jerónimos pero no formó parte de mi paseo por la zona)

¿Conocías este lugar? ¿Probaste los pasteles de nata? ¿Conocías la zona de Belém, la torre, el monasterio y el monumento?  Bienvenidos y apreciados los comentarios y consultas que nos enriquezcan a todos.