La diferencia

A veces no escribo pero siempre algo en la cocina estoy haciendo.  La diferencia es que aunque sea una tostada, aunque sea todo lo que voy a comer en ese día: no es una tostada, así a solas…aunque sea de pan que sobró de ayer, es pan con corteza, lo mejor que voy a hacer es tostarlo, pero no en la eléctrica, sino a la chapa vieja que amo, le va a revalorizar lo crujiente que el clima le sacó…va a tener manteca, bien y bastante untada y un flor de copete de dulce de leche que con dedicada precisión abarcará prolijamente hasta los márgenes que a simple vista no se ven.

A veces no escribo pero siempre estoy leyendo algo.  Y ese algo tampoco es al pasar, selecciono, dejo abiertas tantas pestañas de diarios y portales, rezando que no se cierren…no encuentro lápices en el lapicero de mi escritorio: es que tengo 5 libros en mi mesa de luz, cada uno empezado, cada uno por la mitad (+/-) cada uno es para leer en momentos determinados y nada por igual: peluquería, sala de espera, colectivo, antes de dormir y el que es compañía en un bar…apto ser manchado si algo se cae mal…

A veces no escribo, pero siempre estoy pensando en lo que escribiría, en un futuro no muy cercano eso que pienso ya será pasado, tomará otra forma y ya no habrá vuelta atrás.  Y en ese loop del que me encierro y no salgo voy y vengo en un único pensamiento: tedio y ocio, ocio y tedio.

Si quien me lee hará la receta o irá al lugar que hago la reseña.  Si me lee solo por recrear el pensamiento, si juzgará lo que escribí, si interpelará mi opinión.  Y entre ese pensamiento y la hoja en blanco voy y vengo sin escribirlo.

El tedio es una sensación de malestar provocada por la falta de interés: y a mí me interesa escribir…

El ocio es una actividad a la que se dedica el tiempo libre: y no, no es mi tiempo libre escribir, sino que es mi vocación…

Bárbara

En tiempos de que todo es lo mismo: nada es lo mismo.

Dejé arándanos en crema y se tiñó de violeta.  De una torta que podría haber sido confundida con un budín salió un postre que dio que hablar (para bien).  Todo violeta, el color que representa la transmutación (transmutar = producir un cambio)

para la torta: batir 200 grs. de azúcar común + 200 grs. de manteca (una vez que el azúcar ya no se sienta más) agregar un chorrito de esencia de vainilla y agregar 200 grs. de chocolate derretido, batir. agregar de a uno, 5 huevos y batir cada vez. Por último agregar harina (o bien usar 0000 + 1 cdta. de polvo de hornear o usar harina leudante) 200 grs. pasada por cernidor. Cocinar en molde enmantecado, en horno pre calentado a la temperatura que uses para cocinar tortas o budines de tu horno. No abrir el horno antes de los 20′ de cocción, pinchar en el centro, si sale limpio es que está cocida, sino controlar de misma forma según creas conveniente. Una vez cocida, dejá en la mesada sin desmoldar aprox 10´y aunque en tibio, desmoldá en rejilla (que circule aire por abajo de la torta) mientras tanto batir crema con azúcar (mejor si es impalpable, pero sino azúcar común: 1 cda. por cada 10 grs. de crema) una vez a punto, agregá los arándanos (a más tiempo en contacto con la crema más irá tiñendo de color violeta) servir con la torta fría a gusto.

Si vas a hacer la receta avísame si hay dudas respondo todo y si la haces escuchando esta canción también (La buena estrella de Fito Paez)

“Entonces cuando todo al fin se vuelve insoportable
Cuando el mundo y el veneno dan dolor
Todavía sigue allí tu buena estrella
Buena estrella para todos, para vos”

Deja una respuesta