¿Qué me diferencia de ese otro que va allá con el sombrero para el sol y la máquina de fotos colgando del cuello?
Cuando ambos lleguemos a Piazza Spagna, él va a subir la escalinata y sacar fotos, luego va a bajar y va sacar de abajo hacia arriba…
Yo llego a Piazza Spagna, miro hacia la escalinata…me miro en el reflejo de la vidriera de Prada (me guiño el ojo a mí misma, como si me pellizcara por estar acá…) y voy hacia la puerta de Babingtons tea room
Aunque tengo el sombrero porque el sol del verano italiano no da tregua y la cámara de fotos bien a la vista, entro como si hubiera venido mil veces…que aunque no vine tantas en estas semanas girando por Italia, vine varias veces…el té frío que sirven, no da tregua a mi paladar y me llama a volver.
Rápidamente se me acercan para querer ubicarme en una mesa y yo respondo que quiero ir a mi mesa de siempre…(sí, ahí me guiño el ojo devuelta en el toilette…acá en Roma yo ya tengo MI mesa)
En estos meses estando en Roma viví en tres lugares distintos: los primeros días en un monasterio cerca del Vaticano, cuando volví de Milano viví cerca de la Piazza Bologna en un departamento que alquilaba habitaciones a estudiantes y ahora vivo en Acilia, en la casa de una familia muy amiga de mi tía que han de ser muy generosos (es en la periferia de Roma, una de las tantas localidades de Roma, estás alejado del caso histórico, en medio del campo…pero a 15’ de fácil acceso)
No es el café ni el helado. No es el aceite de oliva ni el jamón crudo. No es lo que se come ni lo que se brinda…es el momento! Y estoy en ese momento desde que estoy en Italia desde que llegué. En Milano pasé semanas haciendo Lo Spuntino…desde que estoy en Roma se hace L´Aperitivo
Y ya no sé cómo era la vida antes del aperitivo. Pero después de poco más de un mes, mi mesa pasó de ser mesa de turista a mesa de habitué. Aunque suelo tratar de no repetir los lugares donde voy a comer, a tomar un helado o un café…de algunos me volví frecuente…y esa sensación también influye en mi estadía, dejar de sentirse turista también resuena en el alma. Cuando algo deja de ser sorpresa pero a la vez te sentís a gusto y volves…es que ya dejaste de mirar todo con los ojos de forastera…
Desde alguna mesa, en la que ya no me siento lejos, sino tan cercana en paladar…Los Saluda! BárbaraTotal