Azul hace las mbejú a ojo. Cada vez que le pido la receta para probar me dice: -Mirame, vas a ver que le pongo un poco de fécula de mandioca, algo de aceite y quesito – Yo miré ese “algo” de cada ingrediente y le tiré por la cabeza mi propio libro “Recetas para Ser contadas” donde describo, casi que es una oda, una apología a que las recetas por más que las hagamos con jarrita medidora, balanza y anotaciones nunca salen dos veces iguales. Y sobre todo, que muchas veces hasta que sale bien, unas migas quemadas de una torta pueden ser la base de una tarta si le pones manteca y azúcar.
Azul me invita a comer mbejú, las sirve tibiecitas, solas o con palta con limón y a mí…se me deshace en la boca esta exquisitez. Es que ya las probé con mate cocido, y café con leche en la merienda, con vino blanco y con aperitivo al anochecer…le encontré todos los maridajes. Lo que no le encuentro es el punto. Y no voy a seguir mandándole fotos de cada bodrio quemado que va quedando…
Así que, probé proporciones. Y probé recetas (la de Azul y la de otros colores jajaja) y la mejor que me salió es: 2 tazas de fécula de mandioca + 100 grs. de manteca derretida (puede ser 120 grs. también +/-) + 100 grs de queso rallado y una pizca de sal. Mezclar todo en un recipiente con las manos hasta que quede un granulado mediano (en ocasiones agregué agua fría) y formé pelotitas (del tamaño que se desee) me ayudé con una hoja de separador (papel foil) y el pisa puré (para que queden parejas, porque eso es fundamental para la cocción) Azul no lo une, directamente pone el granulado en la sartén donde las cocina y se le forma solito.
Se cocinan en una sartén sin nada, controlando su cocción de ambos lados, amando esos puntitos tostados que se van formando.
Tradicional y originario de la gastronomía paraguaya “mebjú” significa: torta aplastada. Y se une a la mitología guaraní, como consecuencia de las recetas más antiguas de esa cultura (también la sopa paraguaya y el chipá) y se las denomina “comidas týra” (un término guaraní que designa todo alimento que se consume para acompañar el mate cocido, la leche, el té, etc.
Hoy le mandé foto de la última y mejor versión, la definitiva, la que va a quedar en las memorias de las recetas importadas de Paraguay que los argentinos amamos tanto más que el chipá…Azul me preguntó: -Al final ¿Cómo las hiciste? – Y le respondí: – Las medí con amor…-
Bárbara
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