Antes de leer esta reseña quiero aclarar que NO soy conocedora de la pastelería japonesa como para poder decir si algo está bien o rico. Así que será una opinión más que una crítica: “sostengo con el pecho lo que digo con el pico”
No sé si soy taaaannnn curiosa pero mi partenaire de la ocasión me dijo de ir a Casa Tsuji. Aunque con cautela, acepté y me dije a mi misma “seguro por la ubicación del lugar y la afluencia de comensales variopintos” algo occidentalizado debe ser, no tendré (tanto) miedo…andiamo…
Lo que más me gustó es que la carta (no solo está en papel…también) sino que es clarísima…y entonces para las “cautelosas” (boludas como yo…que queremos saber todo antes de pedir: ¿Qué tiene? ¿Cómo lo cocinan? ¿Es amargo? ¿Es muy dulce?) Estaba todo detallado de forma tal que no habría dudas. Y eso facilita mucho la experiencia (al pedir y al estar más que segura lo que iba a llegar a la mesa)
Les comparto el link para que lo comprueben (no solo por los precios, sino por esto mismo que digo: todo aclarado)
El lugar es estéticamente instagrameable. Cuenta con tres salones (PB casi integrado con la cocina, con mesas para compartir y espacio abierto con mesas comunes, en el 1° piso aunque con techo pero abierto y 2° piso una terraza enorme y abierta, hermosa para el atardecer) todo por escalera (no vi ni me ofrecieron ascensor, quizá había: consultar)
Se entra por una puerta pequeña, que hay que estar atenta de encontrar, al lado de un negocio de muebles enorme que comparte la vidriera mientras se camina por el pasillo hasta llegar al fondo donde empieza Casa Tsuji.
Las porciones son justas (a mi opinión no son para compartir) para salirme un poco de lo conocido estuvo bien (pastelería japonesa: Wagashi y occidental: Yogashi. Hay opciones saladas y sobre todo lo que más me da curiosidad son las bebidas típicas (lo que me hace volver)
Sí, el vaso verde tiene matcha latte (es una bebida que se puede servir a elección: fría o caliente) conserva el color verde tan característico y ese sabor terroso…casi amargo del matcha, con leche quizá se atenua un poco.
La cheescake japonés de la foto es muy suavecita, como estar comiéndote una nube…
Y yo siempre tan fanática de las historias y los relatos: les comparto este link que te lleva a la historia de Tsuji (la porcelana)
¿Nos vemos ahí la próxima?
Bárbara
¿Conocías Casa Tsuji? ¿Te gusta la pastelería japonesa? ¿Cuáles son tus favoritos?